lunes, 5 de diciembre de 2011

Por un mundo liberado de sus cadenas

Siempre he sido muy generoso con la fortuna que el destino me ha querido regalar. Me he movido en diferentes ONGs y he puesto mi granito de arena por un mundo más humano. Recuerdo que cuando tenía doce años, de la paga de semanal, apadriné a un niño, que no recuerdo bien si era de Gran Canarias o del Perú, lo cual me hizo muy feliz.
Luego apadriné a una niña rumana. La organización me comentó si quería conocerla en persona pero entre los estudios y las fiestas no encontré el momento. Al cabo de unos años, Slovenka, la niña en cuestión, me envió una fotografía.
 
 
 
 
 Le hice un hueco en mi agenda, pero Slovenka cumplió ya 18 años, encontró trabajo como modelo y mi apadrinaje había concluído. Yo le escribí diciéndole que no me importaba seguir enviándole un euro al día pero no me contestó. Estuve aportando dinero para una organización de ayuda a enfermos terminales, a los cuales visitaba a menudo. En una de estas visitas, a un hombre llamado Pedro, se me quedó el móvil sin batería. Retiré un enchufe de la habitación del hospital y puse el cargador. Al cabo de dos minutos se llevaron a Pedro a cuidados intensivos. Al parecer, había desenchufado su máquina de respiración asistida por equivocación. Después de este incidente viajé a Somalia. En un pequeño poblado dí un emotivo e inspirado discurso.
"El sistema, totalmente corrupto, de la política somalí hace que estas pobres personas tengan que malvivir trabajando la tierra sin descanso. No entiendo como el gobierno del país permite que vivan en estas chozas, que apestan como mil demonios, y que vistan estos andrajosos harapos. Que no tengan agua para poder ducharse, y tengan un olor que echan para atrás. Estas pobres víctimas del sistema merecen algo más que la desgraciada vida que llevan..."
Aún no entiendo por qué comenzaron a tirarme piedras y a perseguirme por la jungla con antorchas en las manos. A pesar de todos estos contratiempos sigo luchando por un mundo más justo, donde todos seamos hermanos de una maldita vez.

3 comentarios:

  1. paco paquetediciembre 05, 2011

    "...apadriné a un niño, que no recuerdo bien si era de Gran Canarias o del Perú, lo cual me hizo muy feliz"

    Jajaja, eso y el discurso... sublime.

    p.d: dime de que ong es esa niña que a lo mejor participo yo también.

    ResponderEliminar
  2. Mamma mía! pero de que ong es esta maravilla?

    ResponderEliminar
  3. Para que luego digan que la gente como tú es materialista y convenida.
    Vaya desagradecida la chica.

    ResponderEliminar